09 abril 2013

Testimonio: M. Matilde Fernández

M. Matilde Fernández
Abadesa del Monasterio cisterciense
de Santa Ana de Brihuega
Madre Abadesa y Comunidad
Monasterio de la Santa Cruz
Casarrubios del Monte
Brihuega a 28 de agosto de 2012

Querida Madre Abadesa y Hermanas todas:
En nombre  de todas las hermanas y mío o queremos expresar nuestra inmensa alegría l saber que se había abierto el proceso de investigación y estudio de las virtudes y santidad de Madre Mª Evangelista. Para nosotras este estudio e investigación es algo que nos toca muy de cerca; como sabéis nuestro Monasterio forma parte de la época de la “Recolección” ya que nuestra Fundadora salió del Monasterio de Santa Ana de Valladolid, y como reza en el “Libro de dos Pedro de Sarabia”, era hija del Monasterio de Veleña.

De los escritos de M. Mª Evangelista se deduce que su entrada en la vida monástica no fue un camino de rosas pero con su vida demostró ser una mujer tenaz, con ideas muy claras; por encima de todo quería mantenerse fiel en el seguimiento de Cristo. Dios la capacitó a asumir todo sufrimiento, toda contrariedad en el silencio humilde, en todo supo ver la voluntad de Dios, no escatimó las dificultades. Asumió con sencillez la vida cotidiana del monasterio, primero como hermana lega hasta poder llegar a ser hermana de coro, el sueño de toda su vida.

Hay que decir que no se puede amar a las personas si no se las conoce. Y madre Mª Evangelista no ha necesitado muchos escritos y comentarios para entrar en el corazón de muchas personas, y hacer surgir (no sólo el deseo) sino la necesidad de tenerla como mediadora ante Dios en situaciones muy concretas, tanto materiales como espirituales o de enfermedad.

Con este escrito queremos animaros a seguir buceando en esa maravillosa andadura y pedimos a Dios la gracia se haga realidad y pronto sea proclamada oficialmente santa, porque su testimonio de vida así lo refleja. Una mujer que supo vivir entregada a la voluntad de Dios en fidelidad a la vocación recibida. Hizo suyas con su misma vida y testimonio las palabras de Jesús: “Si el grano de trigo  que cae en tierra no muere, queda infecundo”.

De su trayectoria de vida podéis y podemos acogernos al legado de sus virtudes afianzándonos más y más a nuestra propia vocación sabiendo que su seguimiento a Cristo fue real y todavía hoy tiene sentido también en nuestras vidas.

Nos unimos a vosotras con entusiasmo y con nuestra oración. Recibid un abrazo y el cariño de vuestras Hermanas de Brihuega.
                                      M. Matilde Fernández